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La llegada de un bebé a tu hogar viene cargada de amor, felicidad y mucha gratitud, pero también experimentarás ansiedad, debido a que conlleva ciertos cambios en tu vida y en la de tus mascotas y más, si se trata del primer bebé.
Sin duda alguna un nuevo integrante en la familia siempre será maravilloso porque sentirás el verdadero amor. Un bebé es una bomba sensorial ya que ellos tienen un olor en particular, se mueven diferente, los sonidos que realizan son estridentes y por lo general les encanta llevarse a su boca objetos extraños para jugar. Es bueno que sepas que lo mejor será preparar a tu ringo unas semanas antes de la llegada de un bebé para que la experiencia sea totalmente exitosa. En este artículo te contaremos aspectos que debes tener en cuenta para su primer acercamiento.
Si tu perro es obediente, tranquilo, ha tenido un adiestramiento o tiene un buen comportamiento, solo debes poner en práctica lo que él ha aprendido: sentarse, acostarse, acercarse, detenimiento, soltar, entre otras acciones que consideres que son importantes. Lo ideal es que puedas practicar estas técnicas en la habitación del bebé y así, tu ringo asocie el lugar como un espacio tranquilo y ordenado. En caso tal de que tu perro no se comporte como se debe y tengas problemas para controlarlo, la mejor alternativa será buscar la ayuda de un experto en comportamiento canino y así mejorar su conducta.
Un tip importante es que tengas preparada la habitación del bebé días antes de su llegada, así tu perro pueda comprender lo que se avecina, déjalo entrar cuando esté calmado y permítele que olfatee las cosas nuevas que hay en ese lugar para que entre en confianza y pueda relajarse. Bríndale cariños llenos de amor y palabras bonitas para que el asocie esos buenos momentos; cuando des por terminado el recorrido, no olvides premiarlo con su concentrado Ringo favorito.
Tu actitud también será útil en el proceso, debes conservar la calma y dominio de la situación; si debes corregir a tu perro hazlo de forma tranquila y pacífica, no le grites, ni lo saques de la habitación de forma agresiva.
Asegúrate que cuando tu bebé y tu perro interactúen por primera vez, deben de estar en un entorno tranquilo y ameno para ambos; fíjate que no hayan juguetes o sonidos extraños. También es importante que tanto el bebé como el ringo estén en calma y con una buena disposición.
Pide ayuda de una persona a la cual tu perro le sienta confianza, para que pueda acompañarte en el primer acercamiento, así las cosas, serán mucho más fáciles; tu podrás sostener al bebé y la otra persona se encarga del perro, permitiéndole que se acerque con cuidado y dejándolo olfatear.
Transmítele a tu ringo mucha seguridad y confianza, para que él comprenda qué es lo que está sucediendo. Lo más probable es que tu perro se sienta raro o incómodo en esta situación, por eso, tu actitud debe ser la mejor; háblale con un tono de voz adecuado y verás que tu ringo irá aprendiendo y reconociendo al nuevo integrante.
Respeta la zona donde tu perro descansa y se alimenta, así él sabrá que tiene su propio lugar para que puede estar tranquilo y refugiarse cuando esté en momentos de tensión, además le permitirá sentirse seguro y entenderá que tiene un espacio solo para él.
Cada ringo tiene un comportamiento diferente, todos tienen distintas reacciones frente a estas situaciones, para algunos la llegada de un nuevo integrante puede causarles estrés, ansiedad o curiosidad, mientras que otros lo pasaran desapercibido, pero lo ideal es que el primer encuentro sea agradable para ambos, por eso prepara a tu peludo para este maravilloso momento.
Fuentes
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