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Todas las personas en algún momento han deseado que su compañero, cómplice y mejor amigo viva por siempre, conservando la energía y vitalidad de cuando era un cachorro, lamentablemente este deseo pocas veces se cumple.
Los perros envejecen de forma similar a las personas, es decir, el pelaje se comienza a poner blanco, cambian un poco su comportamiento, su cuerpo también sufre desgastes y comienzan a padecer los famosos “achaques de la edad”, lo cual es perfectamente normal luego de haber entregado a su familia los mejores años de su vida. En esta etapa tu ringo necesita un poco más de cuidados para tener una buena calidad de vida y terminar su tiempo rodeado por la gente que le quiere.
Por lo general los perros de razas grandes comienzan la edad geriátrica un poco antes que los perros de raza pequeña sin embargo la edad promedio es a los 8 años de edad. En esta etapa son propensos a padecer enfermedades en el hígado, riñones, el corazón, entre otros, dependiendo de la raza ya que las defensas de su cuerpo están más expuestas; por eso, es muy importante que si sospechas que tu perro está alcanzando esta edad le realicen chequeos para prevenir posibles afecciones.
Algunos síntomas que puede tener tu perro al llegar a esta etapa son las ya comunes canas en su hocico y patas. También comienza a dormir más y pasear de manera más sosegada; algunos se vuelven más mimados y tienden a buscar la atención de su familia, otros por el contrario, les gusta estar en su espacio tranquilos. En algunos perros su vista, oído y olfato pierden agudeza.
Uno de los cuidados más importantes es su alimentación y velar que el perro se encuentre en un peso óptimo, ya que en esta etapa es muy común que comience a subir kilos debido a que no realiza la actividad física que hacía cuando era más joven. Las articulaciones comienzan a generar molestias y un peso elevado puede contribuir a su deterioro.
Algunos cuidadores con la mejor intención deciden cambiarle la alimentación a su perro de forma abrupta y sin consultar con el veterinario, esto puede generarle sensibilidad digestiva al no tener una adecuada transición de alimento, algunos dueños incluso deciden darle de nuevo concentrado para cachorros sin tener presente que este alimento contiene vitaminas, calcio y minerales que su perro anciano tal vez no pueda digerir bien. Por eso, la mejor recomendación es consultar con el veterinario y darle un alimento como Ringo Vitality para adultos que es de fácil digestión y contiene los nutrientes que necesita en esta etapa.
El que tu perro sea anciano no es excusa para dejarlo de ejercitar, pero tampoco le exijas extenuantes rutinas de actividad. Consulta con el veterinario el estado de sus huesos y articulaciones, de esa forma sabrás cuánta actividad puede hacer.
Una vez estés seguro que tu ringo no tiene problemas de movilidad realiza caminatas tranquilas por el parque, siempre vigilando su estado de ánimo; si ves que se cansa demasiado puedes acortar los paseos. Es importante que no lo apresures, ni tires con intensidad de la correa porque puedes lastimarlo, asustarlo y estresarse innecesariamente,
Los perros mayores muchas veces no manifiestan que tienen alguna dolencia, por eso, en medio de las caricias puedes hacerle leve presión en algunas áreas como la cadera, el estómago, el lomo y las articulaciones para monitorear que se encuentre bien; es cierto que algunos achaques son propios de la edad pero no es normal que sienta dolor.
Debes saber que a pesar de que tu perro viejito no pueda correr como antes y le cueste un poco seguirte el paso, él te quiere de la misma forma que lo hizo cuando estaba más joven e incluso más, porque ya ha vivido junto a ti innumerables aventuras, ha estado contigo en tus mejores momentos y te ha tendido una pata cuando has estado triste. Por esta razón, no debes abandonarlo o ignorarlo, ahora eres tú quien debe acompañarlo en su última aventura.
Fuentes
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