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Perruno, ¿sueles darle huesos a tu ringo? Es común pensar que los perros aman comer huesos y que no hay ningún problema con ello, ¿será esto cierto? Si eres un tenedor responsable, sigue leyendo este blog para descubrir qué tan bueno o malo puede ser que tu perro consuma huesos.
La respuesta corta es sí, pero con precauciones. Aunque los huesos crudos pueden aportar ciertos beneficios, como calcio y fósforo, también presentan algunos riesgos. Por otro lado, los huesos cocinados no se recomiendan para los perros debido a su tendencia a astillarse y causar perforaciones en su sistema digestivo.
Algunos de los riesgos más comunes que puede enfrentar un perro al comer huesos incluyen:
El proceso de cocción elimina el agua y el colágeno de los huesos, dejándolos frágiles y propensos a astillarse. Esto hace que los huesos cocidos sean peligrosos, ya que las astillas pueden perforar órganos internos como el estómago o los intestinos, lo que puede causar infecciones graves como la peritonitis.
Si decides darle huesos a tu peludo, lo ideal es optar por huesos crudos, que son más resistentes y blandos al masticar. Sin embargo, estos también tienen sus propios riesgos, como la posible contaminación bacteriana (por ejemplo, con salmonella). Por eso, es importante supervisar a tu perro mientras mastica un hueso y asegurarte de que el hueso sea lo suficientemente grande para no representar un riesgo de asfixia.
Aunque los riesgos son notables, ofrecer huesos crudos también puede ofrecer ciertos beneficios, como:
Perruno, ten esto en cuenta
Aunque los huesos pueden parecer un regalo sabroso y entretenido para nuestros peludos, los riesgos asociados son considerables. Si decides darle huesos a tu perro, opta siempre por huesos crudos y grandes que no se astillen fácilmente, y supervisa de cerca su comportamiento mientras mastica.
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